El Año del Tigre en la China Imperial
En la vasta corte de la antigua China, el Tigre era símbolo de poder, valentía y protección. Se decía que sus rayas evocaban la figura del carácter 王 (wáng, “rey”), recordando que este animal no era solo criatura de la naturaleza, sino emblema de soberanía.
En la tradición, el Tigre guardaba los palacios, dominaba los cuatro puntos cardinales y protegía contra los espíritus oscuros. Su rugido atravesaba montañas y su mirada contenía la fuerza del destino. Por eso, situar la historia de Turandot en un Año del Tigre no es casualidad: el desafío de la princesa, sus enigmas y la osadía de Calaf se inscriben en la energía de este signo. El Tigre representa la prueba iniciática: superar el miedo, vencer la arrogancia, conquistar el corazón.
Que este Tigre ancestral acompañe hoy nuestra ópera: que su rugido sea fuerza, su presencia misterio y su espíritu, la llave que abre el secreto de Turandot.